Películas drogonas de cuatro letras
- Joel Manija
- Jan 13, 2013
- 2 min read

SPUN (2002) de Jonas Åkerlund
Acá tenemos dos minusas de lo más deliciosas: la fenecida Britanny Murphy y la belleza americana Mena Suvari. Si Trainspotting tiene como temática principal la heroína, Spun hace lo mismo con las metanfetaminas. Adictos, dealers y hasta un "cocinero" interpretado por Mickey Rourke (a quien le caen tan bien estos papeles) se mezclan con policías adictos y gente que vive del culo en general. Perlitas: musicaliza Billy Corgan de los Smashing Pumpkins, Debbie Harry hace de una tortona y hasta aparece Rob Halford en un pequeño rol.
Puntuación: dos rayas, para soportar una película pretenciosa a la que le falla algo y no puedo precisar qué.

BLOW (2001) de Ted Demme
Johnny Depp con el peor teñido/peinado que le pudieron poner, encarna al tipo que convirtió a estados unidos en el mayor mercado de merca colombiana del mundo. Esta película es a Scarface, lo que American Me a Blood In, Blood Out: una versión menos cirquera de la misma historia (aunque la posta posta puede estar en el documental Cocaine Cowboys). La película en sí tiene momentos memorables, aunque al final viene la clásica moralina yanki: el ascenso auge y caída. Es una película que en líneas generales se deja ver y disfrutar. Ah, está Penélope Cruz, pero después de haber visto a su hermana Mónica ya no me interesa.
Puntuación: tres rayas, una para la intro, otra para el nudo y la última para levantar el previsible desenlace.

RUSH (1991) de Lili Fini Zanuck
Cómo me calienta Jennifer Jason Leigh, acá hace de una policía inexperta que se mete de lleno junto a su compañero (Jason Patric) en el submundo de las drogas, claro que como agentes encubiertos, lo cual no impide que echen mano a cuanta droga consigan (para no levantar sospechas claro está) y terminan convirtiéndose en adictos. Y estamos hablando de drogas pesadas. La película, que está basada en un libro escrito por una ex yuta que vivió todo el mambo de primera mano, grafica excelentemente los momentos de éxtasis, desorientación y fisura de los protagonistas, así como su lento deterioro. Como perlita, se luce Greg Allman de los Allman Brothers como el maloso dueño de un bar a quien quieren incriminar a toda costa.
Puntuación: cinco rayas, para tomarlas a lo largo del film, verla otra vez y matarle la cabeza a la gente comentándola.
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