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Siendo un energúmeno, cap. 8

  • Gonzalo Rats
  • Aug 22, 2012
  • 2 min read

"Se vive en la miseria de la imaginación, el propio destino nos aburre como una novela mediocre y ya leída”.

Kazimierz Brandys

No hay nada como patear el gallinero para que vuelen plumas para todos lados.

Me comentaron una vez de una chica de tan solo 24 años que se había recibido de psicóloga, pero que ahora estudiaba música porque no le gustaba como se ejercía el psicoanálisis en la actualidad. Yo contaba entonces con 26 pirulos, la misma persona me dijo que había desperdiciado mi vida. En ese momento asentí y nos reímos como siempre. Más tarde me puse a pensar quién realmente había estado desperdiciando sus días. Los franceses llaman a eso “ingenio de escalera”, encontrar una salida brillante cuando ya pasó la oportunidad.

—Sabe, doctor, la sabiduría llega a una hora infernal... cuando la juventud se ha ido, la tormenta se ha alejado y las chicas se han marchado a su casa.

Jaja, este Bukowski es como los Simpsons. Ya molesta tanta cita y van a terminar creyendo que es lo único que leo. Pero bueno, a partir de la anécdota mencionada me di cuenta que los viejos valores son difíciles de desterrar. Queremos acabar con el capitalismo y cambiar la sociedad, pero no sin antes terminar la universidad y conseguir un buen trabajo. Queremos cambiar la sociedad, pero sostenemos los viejos mandatos. Si tenés más de veinte y no te fuiste de casa de tus padres sos un fracasado. Si no laburás sos un vago (esa la entiendo si no querés un patrón, pero cuando hay que dar una mano a los amigos no se aplica). Todavía me aguijonea el resentimiento de ver a los que tienen tiempo libre aprovecharlo, pero olvidé lo cruel que es el mundo cuando estás sin un centavo. Una chica de mi edad, con dos hijas grandecitas de diferentes parejas me preguntó qué había pasado que todavía no me había casado ni tenido hijos. Es que no tuve tu suerte, le dije.

Otra vez dije que estaba todo inventado. Qué poca creatividad, me respondieron.

Y los botelleros siempre fueron freegans.

O tenés guita, o tenés tiempo. No podés ser muy lindo y súper inteligente al mismo tiempo. Y si lo sos seguramente serás una persona de mierda, de esas que manejan nuestros destinos desde una oficina en el penthouse de un rascacielos mucho más caro que los de Puerto Madero. Y cuando esos se caen otros ocupan su lugar.

Pero nunca nosotros, somos los rascasuelos.

Y estábamos cuatro personas mirando el suelo, quejándonos de las metas que no concretamos. De que a esta edad seguimos en el mismo lugar. De las tías y abuelas con su eterno “paracuándo”. De que ya hace rato pasamos los veinticinco. De que mañana es lunes y hay que ir a trabajar. Y levanto la vista, estamos en un bar con amigos y los cuatro venimos de gira. Hacemos eso todos los fines de semana. Algunos hemos estudiado, algunos trabajamos. Ninguno tiene hijos ni está casado. Ninguno es modelo de progreso. Sin embargo...

No sé qué estaremos haciendo mal para pasarla tan bien. Ahorramos memorias para los momentos realmente malos.

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